Soltando
Imagen de la película El globo rojo
Hoy me he imaginado que sujetaba un globo y que lo dejaba ir. El globo volaba alto, mientras yo lo observaba feliz y en paz.
Ese globo que llevaba mucho en su interior, lo había sujetado durante mucho tiempo, tanto que mi mano por fin descansaba, y mi cuerpo entero también.
En su interior hay todo un mundo de ideas y conceptos, hay pensamientos sobre mí, sobre cómo ser y estar, sobre qué hacer, qué decir, qué callar…sobre qué mujer debo ser. Dentro de él también hay personas, sufrimiento, rencor, juicios. Hay culpa y exigencia, necesidad y dependencia. Allí está el pasado y lo que un día creí que sería mi futuro.
Por fin hoy lo suelto y dejo que la corriente del viento se lo lleve.
Con él, se va todo el peso soportado, se va el ruido en mi mente, el movimiento en mi pecho, ¡se va tanto…!
Y me siento libre.
Me miro dentro y escucho, no oigo nada.
Hay silencio, hay paz, hay amor, hay bondad, hay belleza, hay perdón, hay gratitud.
Empiezo a andar más ligera y libre, y desde aquí empiezo algo nuevo, no sé que sucederá, mas no me importa.
Miro a mi alrededor y veo al otro, amo, perdono.
Hay silencio, hay paz, hay amor, hay bondad, hay belleza, hay perdón, hay gratitud.
Dejo de depender, de necesitar, de decir, de llenar vacíos, de luchar, de pelear, de responder, de solucionar, de poseer, de pedir, de controlar.
Encuentro soledad y felicidad.
Me emociono. Cuánto me costó saber qué no necesito nada más que ir al corazón, que no hay que hacer nada, que pase lo que pase estará bien. Pero ahora estoy aquí gracias a todo lo andado, gracias a los bonitos momentos y gracias a las heridas, a la luz y a la oscuridad, gracias a la lucha, porque sin haber vivido todo lo vivido hasta ahora, no estaría aquí.
Lo siento,
perdón,
te amo,
gracias.
Este post se lo dedico con el corazón a Carlos.